SOMETEOS A LA PALABRA Y AL ESPÍRITU DE DIOS

SALMOS 119:73-80
73 Tus manos me hicieron y me formaron; Hazme entender, y aprenderé tus mandamientos. 74 Los que te temen me verán, y se alegrarán, Porque en tu palabra he esperado. 75 Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste. 76 Sea ahora tu misericordia para consolarme, Conforme a lo que has dicho a tu siervo. 77 Vengan a mí tus misericordias, para que viva, Porque tu ley es mi delicia. 78 Sean avergonzados los soberbios, porque sin causa me han calumniado; Pero yo meditaré en tus mandamientos.
79 Vuélvanse a mí los que te temen Y conocen tus testimonios. 80 Sea mi corazón íntegro en tus estatutos, Para que no sea yo avergonzado. Caf
MEDITACIÓN
Los rodeos y domas son espectáculos llamativos como riesgosos. Los audaces jinetes parecen insignificantes frente a la violencia de los caballos o toros que salvajemente se resisten a ser montados. Al contrario de una bestia indomable, el salmista manifiesta una mente totalmente dócil y sumisa ante la palabra de Dios (Sal. 32:9; Is. 57:15). Es tu deber reconocer a Dios como tu soberano y someterte a su guía suprema, aun si esta requiere la aflicción de la disciplina correctiva. Es fácil reconocer que los juicios de Dios son justos, hasta que te llega el turno. Dios no solo es fiel, a pesar de las aflicciones, sino que es fiel al enviarlas (1 P. 5:6). El no puede ser fiel sin hacer todas las cosas que tienden a tu bien y bienestar eterno. Las misericordias de Dios son tiernas, como las misericordias de un padre, o la compasión de una madre por su hijo. Ellas te alcanzaran cuando no seas capaz de ir a ellas (Lm. 3:22,23). El autentico concepto que tienes de las Escrituras será evidente cuando los preceptos quebrantado te hagan sufrir. Deleitarse en la palabra cuando te reprende es prueba de que estas beneficiándote de ella y tienes un corazón integro (v.80).
APLICACIÓN
1.   ¿Debe Dios emplear situaciones extremas para que te acerques a él?
2.   ¿Qué pensamientos pasan por tu mente cuando experimentas aflicción de parte de Dios? 
3.   ¿Sabes lo que es el consuelo?
Debemos siempre dar gracias a Dios porque por sus muchas misericordias, casi siempre, no hemos tenido que vernos en situaciones extremas para tener que acercarnos a él. El Espíritu Santo es quien nos impulsa constantemente a la comunión con Dios y nuestros hermanos en Cristo, solo que, en ocasiones, haciendo caso omiso a la dirección del Espíritu y en desobediencia a la palabra de Dios que nos insta andar en el Espíritu (Ga. 5:16a) preferimos ir tras la satisfacción de la carne (Ga. 5:16b). Cuidado mi querido hermano (a) “el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz” (Ro. 8:6). Casi la mayoría de las personas cuando estamos pasando por algún tiempo de adversidad generalmente nos preguntamos una y otra vez ¿Por qué me paso a mí? ¿No te has hecho esta pregunta en momentos así? Pues yo sí. Lo que casi nunca hacemos es procurar ver que Dios quiere mostrarnos en tal situación a fin de fortalecer nuestra fe y nuestra comunión con él. Consolar es llorar con el que llora, sufrir con el que sufre, es procurar estar al lado del necesitado para decirle “aquí estoy, cuenta conmigo”.  
Bendiciones en Cristo.

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