Luego llamó
a su marido y le dijo: "Te ruego que me envíes uno de los criados y una de
las asnas, para que yo vaya corriendo al hombre de Dios y regrese." 2
Reyes 4:22
Como la
barca de Pedro se encuentra en tres posiciones, también nosotros podemos asumir
tres posiciones espirituales con respecto al mundo y con respecto a Dios. Al
inicio de la narración, la barca está en la orilla misma, está donde está la
multitud con todas sus necesidades y todas sus situaciones apremiantes. Después
de eso el Señor le dice a Pedro: Pedro, aparta la barca un poco para que yo
pueda separarme de la multitud y dirigirme hacia ella. Y finalmente cuando el
Señor termina de dirigirse a la multitud le pide a Pedro que bogue mar adentro,
que entre la barca a un nivel ya más alejado todavía de la orilla.
Y en esa posición de bogar mar adentro, el Señor le muestra su Gloria a Pedro y a sus compañeros. Muestra su divinidad, les muestra una dimensión sobrenatural, les enseña que Él es algo mucho más que simplemente un rabino cualquiera, Él es Dios mismo, capaz de hacer milagros que ningún otro ser humano puede hacer.
Si Dios
quiere usar tu vida, generalmente te va a encontrar en la orilla. Para nosotros
ser usados por Dios tenemos que separarnos de la orilla. La orilla para mí es
donde está la gente, donde muchas veces están tantos cristianos con sus afanes
y sus luchas como el resto de la multitud. Si tú quieres entrar en un uso de
Dios de tu vida tienes que apartarte un poco, eso quiere decir: tienes que
buscar tiempos de retiro, tiempos de meditar sobre la Palabra del Señor,
apartarte un poco de los afanes y las ataduras que tiene el mundo común y
corriente.
Y de esa
manera entonces Dios puede usar tu vida, y hablar a través de ti, y hacer cosas
maravillosas en tu vida. Ningún cristiano será usado efectivamente por Dios a
menos que no busque ese nivel de separación de los afanes del mundo. El apóstol
Juan ha dicho que la amistad con el mundo es enemistad con Dios. Si tú quieres
ser usado por Dios tienes que consagrar tu vida, tienes que entregarte más,
tienes que orar más, conocer mejor la Palabra del Señor, y dejar que Dios vaya
puliéndote, trabajándote, santificándote, y para mí eso es un poco como
separarse un poco de la orilla, separarse del mundo, para que Dios pueda
entonces usarnos en una manera maravillosa.
Pero luego
las cosas no quedan allí si no que Dios va a querer que tú todavía vayas a un
nivel más profundo. Como el Señor Jesucristo le dice a Pedro, ahora métete mar
adentro, sepárate completamente, donde quizás ni siquiera puedas ver la orilla,
para allí entonces Yo mostrarte mi Gloria. Si Dios quiere usarte en una manera
verdaderamente trascendental y poderosa, tiene que haber todavía un nivel mayor
de entrega. Hay que morir al Yo, hay que separarse completamente. Dios tendrá
que pasarte por un proceso de santificación bien profunda.
Generalmente
ese proceso de santificación "total" va a implicar quebrantamiento,
va a implicar una exposición a la cruz, con todos sus dolores y sus
padecimientos que te van a crucificar en un sentido tu carne, y entonces van a
permitir que tú puedas ser capaz de escuchar la voz de Dios a un nivel mucho más
profundo. Es decir que, no te quedes simplemente en el punto de ser un
cristiano que ha santificado su vida hasta cierto nivel, si no que ve más hondo
todavía, deja que Dios te use más poderosamente, entrégaselo todo a Él, pídele
que te pase a través de un proceso de quebrantamiento, de mostrarte su Gloria
en una manera más poderosa.
Cuando
Pedro ve al Señor Jesucristo hacer ese increíble milagro, entonces él entiende.
Él vio algo allí que ninguna otra persona allá en la orilla podía ver, y eso
fue porque se dejó entrar a un nivel más profundo. Sometió su razonamiento al
Señor, aunque él había tratado de pescar toda la noche, no había pescado nada,
pero dijo en Tu Palabra Señor yo voy a echar la red, si Tú lo dices yo lo voy a
hacer. Un nivel de crucifixión y de entrega total de su vida.
Ese es el
nivel al cual todos tenemos que ir si queremos ser usados por el Señor. De la
orilla, a separarse de la orilla, a entrar mar adentro con el Señor Jesucristo.
Bendiciones en Cristo...
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