LLENAOS DE LA PALABRA DE DIOS

SALMOS 119:49-56
49 Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar. 50 Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado. 51 Los soberbios se burlaron mucho de mí, Mas no me he apartado de tu ley. 52 Me acordé, oh Jehová, de tus juicios antiguos, Y me consolé. 53 Horror se apoderó de mí a causa de los inicuos Que dejan tu ley. 54 Cánticos fueron para mí tus estatutos En la casa en donde fui extranjero. 55 Me acordé en la noche de tu nombre, oh Jehová, Y guardé tu ley. 56 Estas bendiciones tuve Porque guardé tus mandamientos. Chet

MEDITACIÓN
Hay personas que tienen una capacidad extrema para memorizar cosas. Los concursos televisivos donde se compite en juegos de memoria lo demuestran. Esto contrasta totalmente con los dudosos episodios de perdida repentina de memoria total o parcial que experimentan los estudiantes cuando deben presentar un examen. Dejando de lado la negligencia con respecto al estudio, es frustrante olvidarse de algo justo en el momento que más lo necesitas. Esa no debería ser tu experiencia con la Biblia. Es precisamente en los momentos de aflicción que la escritura te servirá de consuelo (49,52) como resultado de haberla amado, obedecido y memorizado antes (Salmos 94:19). No puedes recordar aquello antes en tu mente. El Espíritu Santo ministra y toca tu corazón, pero no hace trucos de magias. La verdad de Dios será tu consuelo y cantico en la noche y en los momentos de aflicción cuando descanses en ella y estés dispuesto a esperar (Salmos 130:5; 71:5). La consolación es una de las funciones de su palabra (Romanos 15:4). Todas las promesas de Dios están a tu alcance si decides vivir dentro de su voluntad. Así podrás decir con convicción “…estas bendiciones tuve porque guarde tus mandamientos.”

APLICACIÓN
1.   ¿Qué papel juega la Escritura en tu mente?
2.   ¿Cuáles son tus pensamientos en medio de la aflicción? 
3.   ¿es la Biblia una fuente de consuelo para ti?

La palabra de Dios es la fuente por excelencia del conocimiento divino. Para los creyentes genuinos la Biblia juega un papel importante en su mente, siendo ella la que llena sus pensamientos. Debemos reconocer que en múltiples ocasiones, especialmente cuando las cosas no marchan muy bien olvidamos que la Biblia nos consuela, nos orienta hacia la voluntad de Dios, nos da gozo en medio de las pruebas, nos fortalece en las debilidades y tentaciones. No permitamos que nuestra mente se llene de las basuras de este mundo, sino de la palabra de Dios. Te exhorto a que ocupes tu mente a pensar en “todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8). Debes acudir a la Biblia en todo momento para que puedas alcanzar firmeza en la voluntad de Dios, y para que en tiempos de aflicción encuentres consuelo en ella.

Bendiciones en Cristo.

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