EL QUE ME AMA, MI PALABRA GUARDARA (JUAN 14:23)

SALMOS 119:9-16
9 ¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. 10 Con todo mi corazón te he buscado; No me dejes desviarme de tus mandamientos. 11 En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti. 12 Bendito tú, oh Jehová; Enséñame tus estatutos. 13 Con mis labios he contado Todos los juicios de tu boca. 14 Me he gozado en el camino de tus testimonios Más que de toda riqueza. 15 En tus mandamientos meditaré; Consideraré tus caminos. 16 Me regocijaré en tus estatutos; No me olvidaré de tus palabras.

MEDITACIÓN  
¿Has oído alguna vez de un avaro que olvido donde había enterrado sus tesoros? ¡Nunca! Es muy difícil que olvides donde dejaste algo que valoras mucho. Aquí tienes un tesoro valioso “tu palabra”; escondida en el mejor lugar “en mi corazón”; con el mejor de los propósitos “no pecar contra ti”. Todo esto va especialmente dirigido a alguien: “el joven”. Observa la repetición de “camino” y “corazón”; ambas palabras resaltan con claridad que la conducta está estrechamente ligada al corazón. Tan pronto como la palabra este en tu corazón surgirá un deseo de hacer caso de ella y aprenderla. Una de las mejores maneras de evitar el pecado es memorizar la palabra de Dios. Para algunos, la meditación (aplicar con profunda atención el pensamiento a la consideración de algo) es una tarea; para el hombre de camino puro, es un gozo. Para el que ama a Dios, sus testimonios no son una carga sino un motivo de regocijo. Gozarte en la palabra de Dios es una prueba de que has echado raíz en tu vida. “Me deleitare…” (v.16) ¡Que buena manera de terminar! Este camino no es aburrido ni pesado, te lleva al deleite espiritual, al cumplimiento del propósito por el cual Dios te creo.  

APLICACIÓN
1.   ¿Qué valor le das a la palabra de Dios? 
2.   ¿Qué es lo que ocupa mayor espacio entre tus pensamientos?
3.   ¿Has considerado el estado de tus caminos últimamente?

Hemos escuchado popularmente “que de la abundancia del corazón habla la boca” tiene algo de cierto esto. Mientras más nos llenamos de la palabra de Dios, pasando mayor tiempo con ella y la obedecemos nuestro camino será limpiado, nuestro andar diario será guardado con integridad para gloria de Dios. Pero, ¿Cómo podremos obedecer a algo o alguien que no conocemos? ¿Es posible? Es necesario leer y meditar en la palabra de Dios constantemente. La Biblia una vez que es guardada en nuestro corazón nos ayudara a permanecer firmes ante las pruebas y tentaciones que se nos presenten. La palabra de Dios produce gozo y regocijo en la vida del creyente. Además, debes saber que no es una opción sino un mandato divino no olvidarnos de la palabra de Dios. Debemos reconocer que es muy poco el tiempo que dedicamos a escuchar la voz de Dios a través de su palabra, quizás no le damos el valor que ella requiere y como consecuencia no somos lo suficientemente estables en nuestro andar diario cuando llegan las pruebas y las tentaciones a nuestras vidas. Recuerda esto “en nuestro corazón debemos guardar la palabra de Dios para no pecar contra el” (v.11)  

Bendiciones e Cristo.  

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