81 Desfallece mi
alma por tu salvación, Mas espero en tu palabra. 82 Desfallecieron mis
ojos por tu palabra, Diciendo: ¿Cuándo me consolarás? 83 Porque estoy como
el odre al humo; Pero no he olvidado tus estatutos. 84 ¿Cuántos son los
días de tu siervo? ¿Cuándo harás juicio contra los que me persiguen?
85 Los soberbios me han cavado hoyos; Mas no proceden según tu ley.
86 Todos tus mandamientos son verdad; Sin causa me persiguen; ayúdame.
87 Casi me han echado por tierra, Pero no he dejado tus mandamientos.
88 Vivifícame conforme a tu misericordia, Y guardaré los testimonios de tu boca. Lámed
88 Vivifícame conforme a tu misericordia, Y guardaré los testimonios de tu boca. Lámed
MEDITACIÓN
¡Qué formidable
descripción de una persona de convicciones! Es fácil hacer grandes
declaraciones de fidelidad y confianza en Dios desde una posición cómoda o
ambiente favorable. Pero cuando todo parece derrumbarse y empiezas a
desfallecer y debilitarte, ¿Cuál es tu refugio? Es en los tiempos de ansiedad
cuando experimentaras la lucha entre esperar en las promesas de Dios (v.81) o
desfallecer. El escritor hacer notar la disminución de sus fuerzas en el
aspecto anímico y físico (alma y ojos). Cuando desfallecen los ojos, no
obstante, no debe faltar la fe. (Salmos 40:12) En tres ocasiones hace preguntas
en las cuales da a entender claramente su intranquilidad e impaciencia. Aunque
este débil y agotado, sigue confiando en la palabra de Dios. La vida cristiana
es una vida de fe en sus promesas, no en explicaciones. Los odres (recipiente
hecho de cuero de cabra que era útil para cargar líquidos) se curtían al humo,
antes de ser usados para guardar el vino. No dejes que tu vitalidad espiritual
se reseque o arrugue.
APLICACIÓN
1. ¿Estás a punto
de ser derribado?
2. ¿Cuáles son las
preguntas que salen de tus labios cuando estas ansioso?
3. ¿Has llegado a
un punto de debilidad y agotamiento? Dios es capaz de sostenerte y consolarte.
El nunca llega tarde ¡Que tu fe no falte!
No hay nada
mejor que esperar en las promesas de Dios. Son tantas las promesas para el
tiempo presente y futuro registradas en la Biblia que si decidiéramos creer en
ellas “de todo corazón” estuviéramos viviendo en completa paz y abundante vida.
Pero, en ocasiones, solo estamos dispuestos a confiar en Dios cuando estamos en
una posición cómoda, no en momentos cuando el ambiente no es muy favorable. Debemos
esperar en las promesas de Dios en todo momento sin importar la situación por
la que estemos pasando. Si Dios prometió, cumplirá, porque él no miente (Nm.
23:19). Si ha habido momentos en los que te has derrumbado es porque no has
procurado, a tiempo, la palabra y la persona de Dios. Tus enemigos (es decir: tu
carne, Satanás y el mundo) te persiguen constantemente para hacerte desfallecer
y debilitarte. Estas rodeado y asediado por ellos a cada instante, por tanto
debes aferrarte a la palabra de Dios y no olvidarte de ella. Aleja tus pies y
tus ojos para no ir en pos de ellos. Seguid las pisadas de Jesús, coloca tus
ojos en el (He. 12:2). Procurad la voluntad de Dios, no dejes sus mandamientos
para que seas vivificado conforme a su misericordia.
Bendiciones e
Cristo.
Estoy en ese momento, siento que desfallezco porque constantemente el enemigo me ataca aun cuando estoy tranquilo, llegan noticias malas me susurra al oído todo esta perdido, yo confió en las promesas que Dios me ha hecho y escucho su palabra pero aveces la angustia y la tristeza me embargan, espero después de un tiempo, declarar a los que leen este post que la promesa de mi rey soberano se cumplio en su tiempo..... y lo hare con tal regocijo que mi alegria se desbordara de manera infinita todo para honra de mi padre celestial DIOS....
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