Jesús, sabiendo todas las cosas que
le habían de sobrevenir, se adelantó y les dijo: ¿A quién buscáis? Juan 18:4.
Algunas obras literarias presentan
la muerte de Jesús como la de un mártir, de una víctima de la maldad de los
hombres. Es cierto que Jesús fue condenado injustamente por tribunales inicuos.
Pero él libremente aceptó morir, cumpliendo la obra que el Padre le había dado
para hacer, la única obra que podía salvar a los hombres de sus pecados.